Staten Island (el otro barrio)
De los cinco barrios que forman Nueva York -Manhattan, Brooklyn, Bronx, Queens y Staten Island-, este último es sin duda el más desconocido. Pero, quien tenga un poco de curiosidad, a poco que se adentre, podrá tener vistas como esta: la isla de Manhattan, desde Victory Boulevard, parece flotar fantasmagóricamente encima de nosotros.
Si yo fuera Molinaro, rebautizaría Staten Island como Little San Francisco. La pendiente de las calles es muy parecida, y el tipo de casas es más propio de la costa oeste del país. Por no hablar del puente Verazzano-Narrows, que supera en grandiosidad al puente Golden Gate, como ya comenté.
Para conocer Staten Island, es necesario prepararse un poco los dos o tres puntos que queremos ver (folleto turístico en PDF, aquí). Es una isla aún más grande que Manhattan, casi tanto como la isla de Malta, y el ferry de regreso termina a ciertas horas, con lo que se reduce drásticamente el tiempo hábil de visita; tenemos que ir a piñón fijo.
Moverse por Staten Island implica utilizar transporte público o privado. Ahora entiendo por qué el citado puente no conecta Manhattan con, digamos, otro barrio más famoso: probablemente, el mayor porcentaje de coches privados se encuentre en Staten Island. De aquí se deriva otro rasgo del californianismo de esta isla: no puedes ir a comprar el pan sin coger el coche. De hecho, algunas calles ni siquiera tienen acera porque poca gente camina por Staten Island.
El tren es solo una línea que va de punta a punta. Así, es mediante autobús (plano en PDF, aquí) como mejor nos vamos a mover y como mejor vamos a apreciar las vistas y los rincones.
Pese a ser una zona básicamente residencial, Staten Island tiene áreas realmente curiosas, como este faro, en el interior de la isla, y que actualmente no se utiliza (los árboles han tapado la vista del mar).
A pocos metros del faro, se encuentra el Museo de Arte Tibetano. Es uno de los centros tibetanos más importantes del mundo, y no sólo exhiben piezas, sino que también organizan sesiones de meditación guiadas, viajes y otras actividades y encuentros. El día que fui (que era Black Friday), estaba cerrado; imagino que todos los lamas estarían siguiendo la estrella de Macy's. Tuve que conformarme con fotografiar la cúpula tras el muro, y la cancela de la puerta principal.
Mucha gente toma el ferry de Staten Island gratuito por las vistas que ofrece. Y, sin duda, esta es una de las experiencias más rentables de Nueva York. Pero si durante ese trayecto hay un segundo en que nos planteemos qué hay más allá del puerto de atraque, Staten Island es un destino que sorprenderá a más de uno.
OLI I7O
3 comentarios:
Hola Pablo, cicerone de La Gran Manzana, me encanta tu blog. Me he dado un paseo desde los orígenes y tengo que felicitarte por tu guía serena de una ciudad tan estresante. Ahora sí, no podrás reprocharme nada si te digo que estoy encantado de haberte conocido.
Luis
¡Hey! ¿Sabes? El otro día, Diego se despidió de mí con un "Encantado de conocerte". Cómo me dolió morderme la lengua, jajajaja...
Ahora te toca enseñarme a mí tu estado... en coche, imagino. Buen título para tu blog... ¡esto promete!
¡Un brindis por el pollo frito!
OLI I7O
Hace tiempo escuché: "Nueva York es una manzana que se come en cinco mordiscos". Que rica sabe leyendo tu blog. Un saludillo!!
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