El fantasma de Elma Sands
Nueva York es la ciudad de las historias. Y es, además, la ciudad que más historias de fantasmas alberga. No es casualidad que la acción de películas como Cazafantasmas o Ghost tenga lugar aquí. A mí, que me interesan mucho estos cuentos, de entre todos ellos hubo uno que me llamó la atención especialmente: la historia del fantasma de Elma Sands. Tiene elementos fantásticos y románticos que me han cautivado y llevado muy lejos.
La historia
La noche del 22 de diciembre de 1799, la joven Gulielma Sands, Elma Sands, de 22 años de edad, salió de su casa en Greenwich Village a pasear con su prometido, Levi Weeks. Faltaban tres días para su boda, pero, por motivos que aún se desconocen, Levi estranguló a Elma hasta la muerte. Después, arrojó su cadáver al por aquel entonces llamado "Pozo de Manhattan"
Su cuerpo no fue hallado hasta el día 2 de enero de 1800. Según uno de los operarios que sacó su cuerpo del pozo, "[...] su vestido fue desgarrado con violencia [...]" Weeks fue encarcelado, pero le soltaron al poco tiempo por ser hijo de una acaudalada y respetada familia de Manhattan. El caso dividió a los neoyorquinos, y fue considerado el primer gran juicio de la era moderna.
El fantasma
El pozo donde fue arrojado el cuerpo de Elma está en el sótano del restaurante "Manhattan Bistro", en el número 129 de Spring Street. Según tenía entendido, se habían dado casos de platos volando por el restaurante, copas que se vuelcan misteriosamente, y ruidos entre los clientes. Quería saber hasta qué punto era cierto eso.
Así que fui al restaurante. Empecé a hablar con los camareros, todos de procedencia india. Uno de ellos, Gulam Mahamod, me dijo que él nunca había visto ni oído nada. Me dijo que hablase con Mahen-Dar Bajracharya, otro empleado que, según Gulam, "es amigo del fantasma". Desde ese momento, tuve dos objetivos claros: "tengo que fotografiar ese pozo, y tengo que hablar con Mahen-Dar".
Hablar con Mahen-Dar fue complicado. Él quería hablar conmigo. Según parece, estaba interesado en contarme algo. No obstante, era más escurridizo que el propio fantasma de Elma Sands. Siempre lo mandaban a hacer recados por la calle, y siempre que iba a hablar con él, acababa de salir. Conseguí su teléfono y fijamos una cita.
Ayer, finalmente, conseguí quedar con él. Nos sentamos en la parte de atrás del restaurante, y me contó su experiencia. Según él, el fantasma nunca se ha manifestado en el salón del restaurante. Nunca, en sus quince años trabajando allí, ha visto platos volando, ni nada parecido. Pero también me ha contado que, muchas veces, al cerrar el restaurante, cuando sólo quedan el manager y él, escuchan ruidos de pasos en la sala donde está el pozo. Nunca ha escuchado voces. Sólo pasos y golpes contra la puerta provenientes de esa sala.
Otro empleado accedió a llevarme a ver el pozo. Comenzamos a descender por unas estrechas escaleras hasta que llegamos a una puerta cerrada con llave. Me cuenta que en esa zona, todos los sótanos de Nueva York esconden un auténtico inframundo de pasadizos, pozos y restos de casas viejas. Al abrir la puerta, nos encontramos en un largo pasillo. Al final del mismo, otra puerta. Antes de abrir, me dice: "Sólo puedes entrar un momento, ¿eh?"
Entramos, y ahí estaba el pozo. Es mucho más fascinante de lo que imaginaba, sobre todo por el largo camino hasta llegar a él, y la emoción que me invadió por momentos. No es más que un viejo pozo, pero, tras varios días insistiendo, ganándome la confianza del personal, finalmente he conseguido la foto, pese a la negativa inicial del empleado.
Aún estoy pendiente de un correo que escribí a una periodista que publicó un libro sobre el tema. No sé si habrá alguna actualización futura de esta entrada, pero con el material que ya tenía, era más que de sobra para contaros la historia.
Más allá de Elma
La historia de Elma Sands forma parte del folklore popular de Estados Unidos. Películas como La Novia Cadáver, de Tim Burton y Mike Johnson están directamente inspiradas en esta historia. Tiene todos los elementos de una trama cautivadora: un asesinato que realmente ocurrió, un asesino que se libró de pagar por su crimen y... el hecho de que hayan pasado dos siglos desde aquello.
OLI I7O
4 comentarios:
Ay no inventes... que loko... con sólo ver la foto, se me puso la piel chinita...
Pues te diré... en mi casa hay un niño, le hemos puesto por nombre Andy y sólo lo hemos visto mi primito de 8 años, el novio de mi prima y yo...
Desde que lo vi... no me he vuelto a reir ni a burlar más de esas cosas...
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Por cierto, me gusta tu blog... siempre paso a ver que posteas.
Saludos!
Ese tipo de historias me gustan, me resultan curiosas, pero a la vez me acojonan muchisimo.
Bxetes!!
Casualmente anoche vi "Mi vecino Totoro", una película de Hayao Miyazaki en la que dos niñas ahuyentan a los fantasmas que habitan en su casa riéndose a carcajadas. Ya sabes lo que tienes que hacer la próxima vez que vayas a ese restaurante.
Pe
estupendas imagenes veo por aqui...
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