Flora y fauna de Nueva York (3)
Os presento a Balto y a Brooky.
En enero de 1925, una epidemia de difteria amenazó con acabar con la mayoría de la población infantil de Nome, una pequeña ciudad de Alaska. La única antitoxina que podía contener esa epidemia estaba en Anchorage, otra ciudad situada a más de 1500 km de Nome. Tras barajar varias opciones, las autoridades decidieron que el transporte por trineo, en pleno invierno, era la mejor opción.
Pudieron llevar las medicinas en tren hasta Nenana. Pero desde ahí, aún quedaban unos 1000 kilómetros de paisaje congelado por atravesar.
Leonhard Seppala, dueño de varios huskys siberianos, organizó sendas expediciones lideradas por Balto (de tres años de edad) y Togo (de doce años). El propio Seppala llevó las riendas del trineo de Togo, mientras que dejó esa labor a Gunnar Kaasen en el caso de Balto, ya que no lo consideraba un perro excepcional.
Balto, al igual que Togo, consiguió guiar con éxito a su expedición. Era la segunda opción de Seppala, y, pese a recorrer una distancia menor que el otro, llegó a ser más famoso, hasta el punto de que en 1995 se hizo una versión en dibujos animados de su historia, con más o menos rigor, pero muy entretenida.
Balto es poco más o menos que un héroe nacional. En Central Park se encuentra el monumento a Balto, en el que una placa conmemorativa relata brevemente los hechos. Está en la zona más infantil del parque (junto al zoo). La historia de Balto siempre me ha atraído mucho, porque es de esas historias en las que la realidad supera a la ficción.
Brooky es el gato de mi edificio. Hace una labor antiepidémica similar a la de Balto cuando caza alguna rata de las que a veces (sólo a veces) se ven por la calle. Para mí, Brooky también es un héroe. Mejor dicho, heroína.
OLI I7O
2 comentarios:
No hace mucho que soy propietario de un gato, y para mi son los animales mas majos (y más independientes) del mundo...
Y por esa independencia siempre puedes estar seguro de que su cariño es de verdad.
Publicar un comentario