Es lo que hay
El domingo pasado, caminando por la calle 42, en pleno Times Square, me encontré con este mendigo. Me quedé tan paralizado que no pude evitar sacarle una foto. Conforme sacaba la cámara discretamente, miraba a mi alrededor por si alguien me recriminaba la desfachatez de llevarme semejante recuerdo a costa de un mendigo. No ocurrió nada de eso.
Apunté con mi cámara, a un metro de su cara, y temí que en ese momento se despertase y montase en cólera al ver su espacio amenazado. Pero eso tampoco ocurrió.
Simplemente saqué la foto y me marché.
Me da mucha lástima. No lo puedo evitar. En su mundo, las papeleras pueden esconder algo de valor. Duermen como si la luz del día o la frenética actividad de las personas no existiese. Y este mendigo en concreto podría tener la edad de mi padre y aparentar veinte años más. ¿A quién le gustaría que su padre viviese así?
Ésta es una de esas entradas con trasfondo que debería evitar porque corro el peligro de meterme en un laberinto de espinos. El mundo es una mierda y nosotros somos unos privilegiados, podría ser el demagogo mensaje. Sin embargo, es lo que hay: glamour y miseria en la gran manzana. La miseria de aquí no es mayor a la de cualquier capital europea, pero posiblemente sí es más llamativa por tratarse del llamado país de las oportunidades.
OLI I7O
3 comentarios:
The photo and comments have moved me. We are very lucky people and I know I take that for granted. It saddens me to think of all the homeless people who live in NYC and beyond. Everyone has a story. I wonder what this man's story is.
El caso es que esa, como tantas otras tierras, son de "las oportunidades"... Pero las oportunidades no son para todos y hay personas a las que desgraciadamente, en algún momento de su vida, la fortuna no está de su lado y acaban de esta forma tan lamentable, abandonados por todos a su suerte y destino.
Bien es cierto que hay gente que se lo busca ella solita, pero no es lo habitual.
Como diría Ari (una cantante de Hip-Hop española) "Las oportunidades, suelen ser muy pocas"
Bonito post. A propósito de lo que dice "restless reader" sobre la historia de cada mendigo, conocí hace varias Navidades a un hombre que vivía en la calle y me pidió que le invitara a un desayundo. Cuando acabó de comer lo que más agradeció fue haberme podido contar su historia y "tener la primera conversación decente en muchos días". Necesitamos comunicarnos más que el comer, quizás de ahí el éxito de los blogs.
Pe
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