Imagínate un mundo real
El domingo pasado atravesé otra de esas puertas de Manhattan que conducen a sitios inesperados. En una taquería de Lafayette, si miras hacia el lado contrario donde está el mostrador, descubrirás que al fondo, entre la penumbra, hay un señor de negro sentado en un taburete frente a una puerta de metal. Este señor es el portero de un local al que sólo se puede entrar con reserva (o si eres amigo de la camarera, como era el caso en esta ocasión).
Si traspasas esa puerta, bajarás por una escalera de servicio y llegarás a la cocina de otro restaurante que está en la misma manzana. Atraviesas la cocina, un poco como "Matrix Reloaded", mientras saludas a los cocineros, y giras hacia la izquierda y...
Un enorme bar preciosamente decorado con motivos aztecas, con muchísimo ambiente, de oscuridad cálida y acogedora, con buena música (¡sonó "Charmless man", de Blur!, hacía siglos que no la oía) y a buen volumen para hablar. Cuando llegó la hora de marchar, durante un segundo, no me apeteció subir al mundo real, pero qué suerte tengo de que mi mundo real parezca casi imaginario.
OLI I7O
0 comentarios:
Publicar un comentario