jueves, 19 de abril de 2007

El círculo se cierra

Hay un grave inconveniente en esta ciudad. Hay poquísimas papeleras. He llegado a caminar con un chicle en la mano desde mi casa al metro (un paseo de unas tres manzanas) al no encontrar ningún sitio donde tirarlo. Así que, claro, miras al suelo, y parece un campo de minas con tantos chicles pisoteados que nunca desaparecerán. Yo, por ejemplo, tengo localizadas varias papeleras en la ciudad para cuando tengo que tirar algo. En España controlaba dónde había fuentes para beber agua, y aquí controlo dónde hay papeleras. Qué neoyorquino todo.

No obstante, me he dado cuenta de por qué hay tan pocas papeleras: todo obedece al sentido práctico que tienen los americanos. ¿Por qué poner papeleras cuando es mucho más práctico tirar la basura al suelo? ¡Claro, era eso! ¿Y por qué, cuando se lavan los dientes, dejan el grifo abierto? Porque, lógicamente, es mucho más práctico no tener que cerrarlo y volverlo a abrir después para enjuagarse. Lógico, ¿no?

Y también me pregunto: ¿por qué utilizan dos bolsas para llenarte la compra en el supermercado, tal vez porque así sea más práctico? Nooo... porque podría ocurrir que se rompiese la bolsa cruzando la calle, provocando una estampida de manzanas en el momento justo en que viniese un coche y del frenazo te provocaría un susto suficiente como para pedir indemnización al coche y al supermercado que te vendió una bolsa defectuosa. (Por cierto, prometo una entrada dedicada exclusivamente a mi supermercado. Es la bomba)

Claro, en este país no hay seguridad social, pero puedes pagarte un hospital con la indemnizacion recibida por un pequeño accidente. Las tiendas, por ejemplo, tienen un sótano cuya entrada es un hueco en la calle del cual desciende la escalera. Me contaron el caso de un señor que montó un restaurante a los diez meses de caerse por una de esas escaleras. Así, no es de extrañar que hasta para venderte un cubo te avisen con una pegatina de que puede ser peligroso que anden los bebés cerca.

Esto me lleva a volver a acordarme de que este país es el país de las contradicciones. Sé que empiezo a sonar repetititivo, pero cada vez encuentro más ejemplos que lo ilustran. ¿Cómo puede ser, si no, que los fumadores estén tan perseguidos y en todos los restaurantes de cierto nivel te regalen una caja de cerillas? ¿Para qué se supone que las regalan, para que hagamos casitas con ellas?

Los fumadores están realmente acosados aquí. Los anuncios antitabaco son impresionantes, como éste, que me parece espectacular. No sé qué van a hacer los fumadores; supongo que tendrán que pasarse a los chicles, que no sólo ayudan a dejar de fumar, sino que también me ayudan a cerrar el círculo de esta entrada.


OLI I7O

1 comentarios:

Seli dijo...

¿Has pensado en los coleccionistas de cajas de cerillas? yo por aquí tengo dos albumes llenos...jeje
En cuanto a los chicles...¿Son chicles Cheiw, boomer, o trident? :p