Los americanos se llevan las manos a la cabeza tras los sucesos de Virginia. De entre toda la diarrea mediática que nos ha caído estos días, en el Daily News del pasado miércoles 18, ahí, sepultado bajo decenas de morbosas fotos, leí un artículo que me suscitó varias ideas.
En el artículo, David Hinckley analiza la delicada diferencia entre la genialidad creativa y la locura, basándose en unos informes de la psicóloga Joy Browne, que, además de ser la psicóloga más famosa de norteamerica, conduce un programa de radio nacional de gran éxito.
La doctora Browne afirma que es casi imposible saber, a raíz de unos escritos, si estamos ante un genio o un psicópata. Plasmar la agresividad en palabras puede aplacarla (en el primer caso) o acentuarla (en el segundo), algo que me recuerda ligeramente a lo que decía Erich Fromm en "El Arte de Amar": que el desamor puede desembocar en un círculo vicioso de rencor y odio, o, bien canalizado, en una obra de arte.
También afirma que una persona que anuncia que "se va a suicidar" es menos probable que lo haga que otra que diga, por ejemplo, que "se va a suicidar el martes por la noche bebiendo lejía". Cuando una persona hila una serie de pensamientos aparentemente inconexos, es porque ha fraguado alguna idea en su subconsciente, que el psicólogo tendrá que descifrar.
La gran polémica en Estados Unidos es si resulta fácil el acceso a las armas. Si bien existen las tiendas oficiales de armas, también existen otras, que son clandestinas e itinerantes, y que venden armas marcadas. Para muchos americanos, éste es el principal problema. Estas tiendas suelen ir entre los estados cuya ley estatal (no la federal, que engloba a todos los estados) es más permisiva con el uso de armas, así como con otros aspectos como la pena de muerte, etc... Ejemplos de estos estados: Carolina del Norte, Texas, Delaware o Virginia.
En Nueva York, según parece, no resulta fácil conseguir un arma, sobre todo porque es más seguro hacerlo en alguno de esos estados. Eso sí, como prueba de que Nueva York es la ciudad de las reglas rotas, el siguiente anuncio (visto hoy en el metro) ofrece un trabajo de guardia de seguridad en el que te pagan entre 18 y 25 dólares la hora si es con arma. El anuncio añade: "no es necesaria experiencia".
Un colega del curro me comenta que él estuvo un tiempo viviendo en Carolina del Norte, y que te cruzabas por la calle con gente con armas. Y decía que precisamente porque todo el mundo pudiera tener una, todo el mundo estaría en igualdad de condiciones, algo que yo personalmente dudo, ya que el que recibe la bala no está en igualdad de condiciones que el que la dispara.
Este colega mencionó que después de Irak, se supone que Estados Unidos iría a por Corea del Norte. Pero, claro, resulta que ellos tienen armas nucleares, y entonces Estados Unidos achanta y decide ir a por otro país (Irán), antes de que también se arme con bombas atómicas. Estados Unidos, por cierto, que tanto persigue a los que desarrollan armas nucleares, ha sido el único país que las ha usado contra la población.
La lección lógica que está aprendiendo el mundo es que si tienes armas nucleares (como Corea del Norte), Estados Unidos no irá a por ti. Si no las tienes (como Irak), y da la casualidad de que tienes petróleo, vas listo. ¿No es coherente que Irán, un país civilizado y con cierto nivel de vida se quiera armar antes de que quieran ir a por ellos?
Tal vez los pensamientos del asesino de Virginia eran inconexos, y tal vez sólo pudo conectarlos al final, con una de sus propias balas, pero entiendo la frustración que pudo llevarle a hacer aquello.
OLI I7O