Pequeño Míster Sunshine
De entre todos los personajes de la película Pequeña Miss Sunshine, hay uno que me encanta, si bien la elección no es fácil. Me refiero a Richard, el personaje interpretado por Greg Kinnear. Encarna al prototipo de personaje al que las cosas no parecen irle todo lo bien que él quisiera, pero que su filosofía de superación, basada en la dicotomía ganadores-perdedores, le hace crearse un mundo ilusorio de optimismo.
La filosofía de Richard como padre le lleva a hacer que la autoestima de su hija Olive se tambalee en varios momentos de la película. Pero en un momento clave, Richard es capaz de dejar a un lado su filosofía y arrodillarse patéticamente ante alguien inflexible con las normas. Ese momento es el que hace grande a Richard. Cuando quieres algo de verdad, eres capaz de dejar de lado hasta tus ideales.
Richard me gusta porque lleva al extremo su filosofía. Y ese extremo no es otro que negarlo, y ser capaz de arrodillarse delante de quien haga falta. Yo antes era muy Richard. Dedicaba horas a hacer ejercicios de meditación en positivo, y me acostaba diciéndome a mí mismo que soy el mejor. Me encantaba encontrarme a alguien más inseguro que yo, y vomitarle toda aquella filosofía, que no era más que una coraza del miedo.
Últimamente me he encontrado a mucha gente que me ha vomitado a mí esa filosofía. En Estados Unidos, es muy normal esa cultura del winner-loser. Y, para qué decir otra cosa, la verdad es que me toca bastante las narices. Y no porque yo ande deprimido o eufórico, sino porque cuando yo tenía esa forma de ver la vida, cuando llegaba un necesario revés vital, era muy complicado adaptarse a esa nueva situación. Esta gente que lo ve todo invariablemente de color rosa, aparte de resultarme tediosos, no me despiertan mucha confianza, porque el miedo a equivocarse implícito en sus consejos, puede hacer mucho daño. Como le sucede a Richard con Olive. Y es que hace más daño un tonto bienintencionado que un listo malvado.
La euforia es a la felicidad lo que el enamoramiento al amor. Pero hoy no voy a hablar de amor. Hoy no. Ni siquiera voy a hablar de una calle de Manhattan, o del tipejo que me encontré el otro día. Hoy quiero expresar mi punto de vista sobre la vida, así, en general. La vida es una mezcla de azar y actitud, con unos ligeros toques de contradicciones. Esto ya lo dijo Hegel con su "dialéctica", la teoría filosófica vital (y artística) que más ha perdurado en mi cabeza como verdadera.
Azar, porque yo podría haber nacido en Somalia, y llevar veinte años con un fusil como juguete. Actitud, porque sí es cierto que las oportunidades de la vida las vamos creando nosotros mismos, en función de cómo interpretamos las señales (si las vemos). Y contradicción, porque sencillamente no puede existir un buen momento si no viene precedido de uno malo.
Tratar de meter con calzador todo lo que nos ocurre en los zapatos de los domingos es ingenuo. A mí, al menos, me funciona mejor maldecir cuando tengo que maldecir, o aprovechar una buena corriente de eventos en la que todo parece salirte bien. Actualmente me encuentro en el segundo caso. Despacio, pero las cosas están funcionando. Y no es optimismo, es sólo que soy consciente de que ahora toca que me vaya bien. El verdadero reto, sin embargo, es saber adaptarse a los cambios cuando éstos llegan.
OLI I7O
PD: Al hilo del título de esta entrada, me sorprende ver que la palabra "míster", según el diccionario de la RAE, sólo tiene esas dos acepciones, pero no la de "señor".
4 comentarios:
Que pasa pablico! Estoy aquí con mi lenica que vamos a ver Little Miss Sunshine. A la niña le encanta, así que me veo obligado... A ver qué tal! Bueno, tío, hablamos!!! Te echaremos de menos en el Bando! Saludos de Lena.
:-o
Me encanta esa película. No utilizó un "me encantó" porque me sigue encantando. Y más aún cómo la aplicas, a la vida en general y como paralelismo al way life americano. Me encantan este tipo de entradas...
pd-Aunque mi personaje favorito es Dwayne. Yo también era (¿era?¿soy?) bastante Dwayne..
Vaaale... lo reconozco... No la he visto. Será que últimamente no me veo obligada a casi nada ;)
Por cierto, Oli... No confundas el DRAE con el Collins. ¿Tú en castellano utilizas míster como señor?
¡Qué felicidad!
La he visto. Tenías razón, me ha encantado. Richard me ha caído bastante mal, aunque luego lo vaya arreglando. Mi personaje favorito... creo que la furgoneta. :o)
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